define('DISALLOW_FILE_EDIT', true); Women filmmakers reclaim the strength of the look of the women behind the camera | Mostra Viva del Mediterrani

Las realizadoras Mara Ryan y Hayetna Mohammed afirmaron que las expectativas de la Primavera Árabe no se han cumplido

La directora Inga Bremer realizó un paralelismo entre la fortaleza de las mujeres en los campos de concentración alemanes durante el III Reich y en los campamentos de refugiados actuales

Tres de las cineastas participantes en la Mostra Viva del Mediterrani, Mara Ryan (Palestina), Hayetna Mohammed (Sáhara Occidental) e Inga Bremer (Alemania) reivindicaron ayer la mirada diferente que ofrecen las mujeres detrás de una cámara y la similitud de sensibilidades pese a las diferencias culturales. Las tres participaron en un coloquio sobre la mujer como transmisora de la memoria colectiva a través del cine moderado por Giovanna Ribes.

Bremer, autora del documental “La herencia de Franco” sobre el caso de los niños robados en España, realizó un paralelismo entre el peso de la mujer en los campos de concentración alemanes en la II Guerra Mundial y el papel de las mujeres en los campos de refugiados, y puso el énfasis en que la base de esa fortaleza es que son hijas de mujeres luchadoras.

Por su parte, Ryan y Mohammed afirmaron que la mujer ofrece una mirada diferente tras la cámara de la que ofrecen los hombres y ttransmiten otro tipo de sensibiloidad que singulariza el discurso femenino.

Según ellas, las dificultades inherentes por ser mujer, pueden superarse gracias a la determinación de llevar un proyecto a cabo. Hayetna es autora de la película “El grito de Gdeim Izik” en el que narra los hechos de un campamento pacífico saharahui y las protestas por las duras condiciones de vida; Marah Ryan, por su parte, estrenó mundialmente en Mostra Viva del Mediterrani su trabajo “Bakraj”, sobre dos personas similares que viven en situaciones opuestas por vivir en lugares diferentes, una en España y otra en Siria. Ambas recalcaron que de la Primavera árabe, apenas queda ya nada, pero sirvió para dotar de aperturismo cultural aunque muchas de las expectativas se quedaron por el camino.

Por su parte, Inga Bremer, enfatizó durante el debate la dificultad para conseguir financiación y sacar adelante proyectos sobre temas sociales con tan poca visibilidad pública.